sábado, 18 de noviembre de 2006

Así nos ven o así somos"


Buenos Aires Warnings or Dangers - Travel Guide - VirtualTourist.com- [ Traduzca esta página ]
... called Florida and Lavalle, please don´t carry anything in your pockets. ... area is full of pickpockets burglars, called "punga" or "punguistas" here. ...www.virtualtourist.com/.../Distrito_Federal/Buenos_Aires-1541981/Warnings_or_Dangers-Buenos_Aires-BR-4.html - 98k -
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Formato de archivo: Microsoft Word"Al circular por la peatonal Lavalle, al llegar a Carlos Pellegrini, se corre el riesgo ... En cuanto a los hurtos en general (arrebatadores y punguistas), ...www.agcba.gov.ar/docs/8-17%20AL%2021%20DE%20JULIO.doc - Páginas similares[ Más resultados de www.agcba.gov.ar ]
Por la calle
Por Juan Carlos Insiarte
Desmalezar
"La empresa de ferrocarriles que controla el terraplén que corre paralelo a la avenida Dorrego, entre la Avenida del Libertador y Luis María Campos, para no cortar el pasto y supuestamente abaratar costos, trató con herbicidas el terreno lindero al corredor ferroviario", advirtió Carlos Vitas. Relató este vecino que "el espectáculo dantesco de un terraplén gris quemado ya lleva varios meses, por lo que se deduce que la concentración del elemento químico utilizado ha sido bien alta".
Para Vitas "sería deseable que el gobierno de la ciudad tomase cartas en el asunto para evitar el afeamiento y la contaminación química en un área de parques, frente al Campo de Polo de Palermo, muy bien cuidado, y en un área de alta densidad de población".
"Tan sólo hay que volver a cortar los yuyos como se hacía antes, puesto que es preferible, además, el color del pasto seco a este gris químico", insistió Vitas.
Riesgo de tropezar
"Al circular por la peatonal Lavalle, al llegar a Carlos Pellegrini, se corre el riesgo de tropezar con los bordes de las alcantarillas que están sobresalidas del nivel de la calle", observó Diego Capielo.
Este contribuyente advirtió el peligro al que están expuestos los desprevenidos caminantes, particularmente, la gente mayor. Por otra parte, observó que sobre Carlos Pellegrini hay tramos de vereda que están muy deteriorados y con algunos pozos. En este caso también se mantiene latente el riesgo de algún que otro tropiezo, con las consabidas consecuencias.
Una calamidad
"Hace cinco meses cerraron la plaza Arenales con postes y alambrado para refaccionarla y, desde entonces, trabajan unos 12 operarios para remodelar unas cuatro manzanas", comentó Eduardo Parra.
Se trata de un espacio verde que se caracterizaba por la gran afluencia de visitantes, por lo que, en la opinión de los habituales concurrentes, al ritmo actual de las obras la remodelación y apertura habrá de demorar algo más de un año. Al sintetizar las quejas vecinales, Parra relató que "se anuló el sector de juegos para los niños, que era el más importante e imprescindible, colocaron unos 500 plantines apenas empezaron las obras y ahora, como no los regaron, la mitad están secos".
Según este vecino "las veredas están todas rotas y las luces apagadas, hecho que creó un campo propicio para los asaltos y arrebatos". Asimismo, dijo que "no existe cartel alguno de obra donde conste el comienzo, el presupuesto y la finalización, como es de rigor en todos estos casos". Hubo coincidencias en calificar la situación como "una calamidad".

Vivir con miedo « Ar-News
En Recoleta, se suceden los arrebatos por parte de motociclistas que suelen ir ... gran cantidad de ‘tarjeteros de saunas’ que pululan por la calle Lavalle, ...arnews.wordpress.com/2006/08/22/vivir-con-miedo/ - 22k - En caché - Páginas similares
EN CORRIENTESLas zonas comerciales y céntricas también suelen estar a merced de algunos delitos. Así ocurre en la Avenida Corrientes, según señaló Irene Munini, gerente de la Asociación Amigos de la Calle Corrientes.‘‘En esta zona se dan mucho los arrebatos. Sobre todo por la noche se convierte en un lugar muy peligroso el sector de la Plaza de la República,’’, señaló la directiva de la entidad que agrupa a más de 400 comercios desde el pasaje Santos Discépolo hasta el bajo.Munini comentó que los arrebatos acarrean graves consecuencias comerciales. ‘‘Los ladrones aprovechan para cometer los robos de carteras y celulares muchas veces en las colas de los teatros. El problema es que el público, entonces, cuando termina de ver el espectáculo, prefiere irse a tomar o comer algo a otro lado, y desestima la oferta gastronómica y cultural de la Avenida’’.La gerente dijo que además ayuda a generar inseguridad la gran cantidad de ‘tarjeteros de saunas’ que pululan por la calle Lavalle, y la venta de merchandising ilegal a la salida de los teatros.‘‘El tema de los saunas es terrible. Acosan a los turistas y pueden generar distracciones que aprovechan los ladrones. También la venta de productos provoca caos en las veredas. Entonces una mujer tiene que ir con su hija por la calle y puede pasar cualquier cosa’’, manifestó.Munini señaló que estas situaciones fueron planteadas ante la policía, pero desde la fuerza de seguridad contestaron que tienen las manos atadas a partir de la sanción del código de convivencia.
Los paseos de la basura
Pero el partido se jugaba en París, y la montaña de basura estaba acumulada en Lavalle, la calle de los cines, como se la llamó en los buenos tiempos. ...www.clarin.com/diario/1998/06/28/e-03901d.htm - 9k - En caché - Páginas similares
Los paseos de la basura
Por ALBERTO GONZALEZ TORO. De la Redacción de Clarín
Este equipo es una basura, se enojó un señor de sobretodo gris. Basura es la que tiene atrás, le contestó un jovencito que, por su acento, parecía chileno. Eran las cinco y media de la tarde, y un grupo de personas se apiñaba frente a un televisor, en LAVALLE al 500.El señor del sobretodo gris se refería al seleccionado chileno, que a esa hora ya era goleado por el brasileño. Pero el partido se jugaba en París, y la montaña de basura estaba acumulada en LAVALLE, la calle de los cines, como se la llamó en los buenos tiempos. De la montaña emergían, entre otros restos, patas de pollo, latas de gaseosas, una botella de aceite, recortes de una revista pornográfica, cáscaras de naranjas, un pedazo de pizza a medio comer.LAVALLE, FLORIDA Esmeralda, Suipacha, Maipú: calles de tango que los turistas nunca dejan de recorrer. Ayer también lo hicieron. En FLORIDA al 500, frente a otra montaña de basura, cinco japoneses contemplaban con arrobo a una estatua viviente. La estatua ni pestañeaba ni fruncía la nariz, a pesar de que el olor era fuerte y las decenas de bolsas negras de consorcio formaban un muro poco propicio para un paseo sabatino. Los japoneses, tal vez, pensaron que tanta basura era parte del espectáculo.También podía formar parte del espectáculo esa pareja de edad madura que en Florida y Córdoba, se acercó a un cesto de plástico azul - que el Gobierno de la Ciudad ha diseminado por todo Buenos Aires- y tiró allí un atado de cigarrillos ya vacío. Sobre uno de esos cestos se podía leer: Tire la basura en su lugar. Era como poner un granito de arena sobre un gran desierto... Los cestos verdes (ecológicos) que también son puestos por el Gobierno porteño, estaban hasta el tope. Si colaborás... reciclamos!, dice su texto. Ayer, fueron muchos los que colaboraron: atascados de basura, se mezclaban el vidrio con los fideos, la lechuga con chocolates mordisqueados, páginas de diarios viejos con volantes que invitan a tomar un trago en buena compañía.Los vecinos y los comerciantes optaron por formar en la calle montones de basura: intentaron dejar limpias las veredas. No lo consiguieron: la suciedad los superó. Esto se arregla pronto, pronosticó un quiosquero de Esmeralda al 600. Los porteños, es cierto, no le dieron mucha importancia a la basura. Buenos Aires es una ciudad sucia, reflexionó Mariano Rivera, un bancario de Villa del Parque.A las seis y cuarto de la tarde, un camión de Cliba se detuvo en LAVALLE y San Martín. Un jovencito empezó a recoger algunas bolsas. Hable con el supervisor, es ése que está ahí, le dijo al cronista.Estamos haciendo el trabajo a escondidas; si nos ven los del sindicato de camioneros, nos dan una paliza, explicó el hombre. Pero ayer, con tanta basura en las calles, hasta un camión de Cliba pasaba inadvertido.

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